En Alemania 2006, Italia conquistó su cuarto título mundial en medio de un escándalo que sacudió su Liga.
La Serie A enfrentaba acusaciones de amaños de partidos, con la Juventus descendida a la Serie B y clubes como Milan, Lazio, y Fiorentina sancionados.
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Pese a ello, la Squadra Azzurra, con un modesto puesto 13 en el ranking FIFA, llegó al torneo con bajo perfil, pero con una defensa impenetrable liderada por Gianluigi Buffon y Fabio Cannavaro.
Con cinco victorias, un empate y solo un autogol en contra, Italia avanzó a su sexta Final de Copa del Mundo, enfrentando a Francia en Berlín.
Francia, dirigida por Raymond Domenech, llegó envuelta en rumores de divisiones internas y críticas por su fascinación con la astrología.
Zinedine Zidane brilló ante España y Brasil, dando esperanzas a los galos.
La Final, una reedición de la Eurocopa 2000, comenzó con un penal tempranero a favor de Francia. Zidane, con un audaz cobro a lo ‘Panenka’, superó a Buffon al minuto 7, uniéndose a Pelé, Vavá y Breitner como anotadores en dos Finales mundialistas.
Italia respondió al 19’ con un cabezazo de Marco Materazzi tras un córner de Andrea Pirlo, empatando el marcador.
El partido fue intenso. Italia dominó la primera mitad, con Luca Toni golpeando el travesaño, mientras Francia controló la segunda, aunque un gol de Toni fue anulado por fuera de juego.
En la prórroga, la tensión estalló al minuto 110, cuando Zidane, tras un altercado verbal con Materazzi, lo golpeó con un cabezazo en el pecho.
El árbitro argentino Horacio Elizondo, tras consultar al cuarto oficial, expulsó al francés, quien salió sin protestar, dejando a Francia sin su líder. Materazzi, meses después, reveló a Gazzetta dello Sport: “No lo provoqué, respondí verbalmente a una provocación. Le contesté a Zidane que prefería a su hermana”.
En los penales, Italia fue perfecta, con cinco aciertos, mientras David Trezeguet falló para Francia, sellando la victoria azzurra con el cobro final de Fabio Grosso.
La celebración estalló en el Olympiastadion, y aunque Zidane recibió el Balón de Oro del torneo, su adiós estuvo marcado por la controversia.
Italia, con su resiliencia, "limpió" la imagen de su futbol y se alzó como campeona.
Bajo el mando de Ricardo La Volpe, México llegó a Alemania 2006 como cabeza de serie, respaldado por su cuarto lugar en el ranking FIFA.
Tras una sólida eliminatoria, el Tricolor enfrentó un grupo accesible en el papel con Irán, Angola y Portugal.
Sin embargo, la actuación de México estuvo marcada por una supuesta influencia de Caty Camacho, asesora espiritual de La Volpe, quien, se dijo, sugería desde corbatas con dragones hasta tácticas, e incluso de ahí habría derivado la poca inclusión de Cuauhtémoc Blanco por “malas vibras”.
Entre dolor y pesar, Oswaldo Sánchez viajó de manera relámpago a Guadalajara para el sepelio de su papá tras su muerte, pero a tiempo a la concentración para guiar a México a un triunfo de 3-1 ante los iraníes.
Sin embargo, el empate 0-0 ante Angola, con la corbata de dragón sin efecto, mostró las carencias del equipo. Contra Portugal, México perdió 2-1, pero avanzó a Octavos gracias al empate entre Angola e Irán.
Enfrentar a Argentina era una oportunidad de revancha tras la Confederaciones 2005, donde la Albiceleste despachó al Tri en Semifinales.
Rafael Márquez adelantó al Tri al 6’. Sin embargo, en una jugada con Hernán Crespo y Jared Borgetti la pelota fue a dar al fondo de las redes para el empate al 10’, y en la prórroga, Maxi Rodríguez marcó un golazo de volea, considerado el mejor del torneo por la FIFA.
El 2-1 sentenció la eliminación mexicana y el fin de la era La Volpe, dejando nuevamente el sueño del quinto partido como una meta esquiva, opacada por un planteamiento valiente. pero insuficiente ante la calidad albiceleste.