El Papa León XIV, recientemente nombrado líder de la Iglesia Católica, ha captado la atención del mundo no solo por su rol espiritual, sino por su entusiasmo por el deporte.
Más allá de su conocida afición al tenis, el pontífice ha revelado un interés particular por el futbol y el beisbol. Esta faceta deportiva refleja un lado humano y accesible que lo distingue en el Vaticano.
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La pasión por el futbol de León XIV tiene raíces poco sospechosas. A diferencia de sus predecesores, como el papa Francisco, aficionado de San Lorenzo de Almagro, o Benedicto XVI, seguidor del Bayern Múnich, el nuevo pontífice ha sorprendido al declarar su apoyo a un equipo peruano.
Según TV Perú, León XIV es un ferviente aficionado de Alianza Lima, uno de los clubes más emblemáticos del futbol peruano.
Este vínculo se forjó durante su tiempo como obispo en Chiclayo, donde también desarrolló cierta simpatía por el club local Juan Aurich, aunque este equipo actualmente compite en la tercera división.
El amor de León XIV por el deporte no se limita al futbol. Desde Estados Unidos, el equipo de béisbol de Chicago, los White Sox, expresó curiosidad por conocer la preferencia del papa.
La respuesta llegó a través de John, hermano de Robert Prevost, quien confirmó que León XIV es un seguidor de los Chicago White Sox desde su infancia.
Una anécdota familiar destaca que, siendo monaguillos, asistir a un partido de los White Sox era una de las recompensas más valoradas por los hermanos.
Los Chicago White Sox celebraron esta revelación con entusiasmo. Como gesto de bienvenida, el club anunció el envío de una franela y una gorra personalizados al Vaticano.
La conexión de León XIV con el deporte refuerza su imagen de líder cercano.
Ya sea apoyando a Alianza Lima en el fútbol peruano, siguiendo los partidos de los White Sox o disfrutando del tenis, el pontífice demuestra que la espiritualidad y la pasión deportiva pueden coexistir.