El Mundial de Estados Unidos 1994 dejó una marca imborrable en Alberto García Aspe. En los Octavos de Final contra Bulgaria, el mediocampista mexicano empató el partido desde el punto penal, pero en la tanda decisiva falló su disparo, un error que muchos consideran clave en la eliminación de México.
Ese momento lo persiguió durante años, convirtiéndose en una espina que García Aspe buscó sacarse en el Mundial de Francia 1998.
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En ese torneo, Luis Hernández emergió como la gran figura de la Selección Mexicana. Con goles ante Corea del Sur, Países Bajos y Alemania, el 'Matador' se consolidó como el goleador del equipo.
Sin embargo, en el partido contra Bélgica, un episodio marcó la historia entre él y García Aspe.
México perdía 2-0 cuando se sancionó un penalti a favor por una falta sobre Ramón Ramírez. Hernández, enrrachado, tomó el balón para cobrarlo, pero el capitán García Aspe lo ninguneó e impidió que lo tirara con una respuesta contundente a pesar del gran paso por el que atravesaba.
“Voy, agarro el balón y le digo ‘Beto, dame chance’. (Me responde) ‘no, sácate a chingar a tu madre, vete para allá, yo lo voy a tirar’”, relató Hernández en una entrevista con exseleccionados.
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A pesar de la negativa, el delantero no guardó rencor. “Beto tenía una gran confianza, entonces nada qué ver que me puse mal, magistralmente lo metió”, añadió.
Efectivamente, García Aspe anotó el penalti, iniciando la remontada mexicana en ese encuentro. El exmediocampista explicó años después las razones detrás de su decisión.
Para él, ese penal representaba una oportunidad de redención tras el trauma de 1994. “Venía de un Mundial anterior en 94, que todo mundo me sigue recordando ese penal que había metido contra Bulgaria y en tanda de penales lo falló y quedamos fuera. Yo me preparé cuatro años para tener una revancha, yo dije ‘no vuelvo a fallar un penal’”, confesó García Aspe.