Cada cuatro años se renueva la ilusión entre los aficionados mexicanos. La Copa del Mundo significa un motivo para soñar con una actuación histórica, donde el quinto partido es el primer objetivo.
El tercer Mundial en casa pinta como la oportunidad idónea para el Tri, ya que se tendrá al Estadio Azteca como aliado y posteriormente se viajaría a Estados Unidos, donde radican infinidad de paisano.
Lee también Árbitro confesó ayuda para Argentina en Octavos del Mundial de Sudáfrica 2010 contra México
El quinto partido se convirtió en una obsesión para la Selección Mexicana, ya que en más de una ocasión han quedado muy cerca de alcanzarlo. En las últimas ediciones hay un par de partidos que siguen doliendo mucho.
Uno de ellos se dio en Francia 98, donde se esperaba que el héroe inesperado saliera del banquillo para resolver un duro partido ante una de las máximas potencias del futbol.
En dicha Copa del Mundo Manuel Lapuente eligió a Luis Hernández, Ricardo Peláez y Luis García como sus opciones para la delantera. El Matador fue la primera opción del entrenador.
Sin embargo, fue Peláez Linares quien cargó con la responsabilidad de las remontadas del Tri. La primera se dio ante Corea del Sur, donde el equipo nacional perdía 1-0.
El atacante del Necaxa ingresó al campo de juego y al 51’ se encontró con un balón en un tiro de esquina que acabó en gol. El repunte nacional inició y sacaron sus primeros tres puntos con un contundente 3-1.
Para el tercer partido, Países Bajos le estaba pasando por encima a México. El marcador estaba 2-0 y una vez más Peláez salió de la banca para acortar distancia. Matador Hernández pondría el agónico 2-2 final.
Ante Alemania, la Selección Mexicana sorprendió con el 1-0. Parecía inminente el triunfo histórico pero una desconcentración le dio el empate a Jurgen Klinsmann; Lapuente alistaba el cambio estelar, pero justo cuando charlaba con Ricardo, Raúl Rodrigo Lara cometió otra pifia que aprovechó Oliver Bierhoff.
En esa edición, pese Luis Hernández fue el goleador con tres tantos, los goles de Ricardo Peláez fueron más importantes para la Selección Mexicana, ya que fue el comandante de las remontadas.