En la historia de la Copa del Mundo, se han mostrado 177 tarjetas rojas, un castigo que en un torneo tan breve como una justa mundialista puede cambiar el destino de un equipo.
Las expulsiones, de mayor peso que en competencias de clubes, afectan no solo al jugador, sino a toda la selección.
Desde que la tarjeta roja se implementó físicamente en México 1970, su impacto ha sido innegable, y aunque en esa edición nadie fue expulsado, fue hasta el certamen de Alemania 1974 cuando el chileno Carlos Caszely se convirtió en el primero en verla tras una falta sobre Berti Vogts.
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Desde entonces los árbitros mexicanos han dejado una marca imborrable en los Mundiales, destacándose por su rigor y autoridad.
De las 177 tarjetas rojas en la historia de la competencia, 21 han sido mostradas por silbantes mexicanos, superando a los 13 rojas de los árbitros ingleses.
Esta estadística refleja la firmeza de los réferis tricolores, quienes no dudan en sancionar incluso a las grandes estrellas del futbol.
El mexicano Arturo Brizio ostenta el récord como el árbitro con más expulsiones en Copas del Mundo, con un total de siete.
Su "legado" comenzó en el Mundial de Estados Unidos 1994, donde expulsó al boliviano Marco Antonio Etcheverry en el partido inaugural, al camerunés Rigobert Song y al italiano Gianfranco Zola.
En Francia 1998, Brizio se robó los reflectores al continuar con su trayectoria implacable al mostrarle la roja a Zinedine Zidane en un partido contra Arabia Saudita, y en ese mismo encuentro también echó al árabe Mohammed Al-Khilaiwi.
En ese mismo torneo francés, durante los Cuartos de Final entre Argentina y Holanda, expulsó al argentino Ariel Ortega y al neerlandés Arthur Numan.
Otros árbitros mexicanos también han contribuido en la historia de los Mundiales al registrar expulsiones memorables, como sucedió en España 1982, cuando Mario Rubio mostró el cartón rojo a Diego Armando Maradona, una de las figuras más icónicas del futbol.
En 2002, Felipe Ramos Rizo mandó a las regaderas antes del sibatazo final a Thierry Henry y Ronaldinho.
En Brasil 2014, Marco Antonio Rodríguez sacó la última tarjeta roja mostrada por un nazareno mexicano, cuando expulsó al italiano Claudio Marchisio en un duelo contra Uruguay.
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