Hoy en día sería imposible pensar que una selección de futbol llegue al país sede de una Copa del Mundo con tan solo 11 días de distancia del partido inaugural. También sería insólito que las delegaciones viajen de su país de origen al lugar de destino en otro medio de transporte que no sea un avión, pero hace 95 años, cuando el mundo era un lugar distinto, era común que los viajes de larga distancia se lleven a cabo en barcos. Así llegaron los representantes europeos a Uruguay para el primer Mundial de la historia.
26 años después de la fundación de la FIFA, se llevó a cabo la primera Copa del Mundo de la historia. Uruguay fue elegido como el país sede por encima de Italia, Países Bajos, España y Suecia; que un país con una población menor a los 2 millones de habitantes en ese entonces fue una decisión polémica, pero la voluntad de la Asociación Uruguaya de Futbol para absorber los gastos de viaje y alojamiento de todos los equipos participantes fue determinante para otorgar la organización al país sudamericano.
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En total, 12 países aceptaron la invitación de Uruguay para jugar la primera Copa del Mundo. Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Perú, Paraguay, Estados Unidos, México, Francia, Yugoslavia, Rumania y Bélgica fueron los primeros en jugar el torneo de naciones más importante del mundo. Los últimos cuatro, vivieron una odisea marítima de 14 días hasta llegar a Montevideo, la capital uruguaya.
Más de 11 mil kilómetros separaban a cada selección de la sede mundialista, y además, se vieron forzados a entrenar en distintas secciones del SS Conte Verde, un transatlántico italiano de 18 mil 761 toneladas de registro, compuesto por 10 cubiertas con capacidad para 2 mil 430 pasajeros sin contar los 400 miembros de tripulación a bordo.

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El 21 de junio fue el día en el que el Conte Verde zarpó desde Génova, Italia. Franceses, rumanos, yugoslavos y belgas viajaron juntos después de que tomara escalas en Villefranche-sur-Mer y Barcelona. El presidente de la FIFA de aquel entonces, Jules Rimet, fue recogido en Francia junto a tres árbitros y la maleta que llevaba la Copa del Mundo.
El transatlántico tomó una nueva escala en Río de Janeiro y allí recogieron a la Selección de Brasil; finalmente, el Conte Verde llegó a Montevideo el 4 de julio, y los equipos fueron recibidos por una multitud de 10 mil uruguayos.
Por cansancio o por la superioridad del futbol americano, solamente Yugoslavia avanzó a las semifinales, donde fueron goleados por el país anfitrión (6-1). Uruguay se proclamó campeón del mundo por primera vez después de vencer a Argentina (4-2) en el estadio Centenario.
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