En el corazón de la ciudad Nezahualcóyotl se encuentra, aunque deteriorado y casi olvidado, un escenario que alguna vez fue parte del escenario más grande del fútbol, el Estadio Neza 86.
Su nombre quedó ligado para siempre a la Copa del Mundo de México 1986, cuando recibió tres partidos de la fase de grupos.
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Aquel verano, el inmueble fue uno de los 12 recintos que se incluyeron en la fiesta mundialista, lo que llevó por unos días a Neza al mapa del fútbol internacional.
Inaugurado en 1981, el estadio fue pensado para impulsar el deporte en la zona oriente del Estado de México. Tras el Mundial, su protagonismo continuó en el fútbol mexicano, pues fue casa de los Toros Neza, un equipo que en los años noventa se ganó fama por su estilo vistoso, sus uniformes y su histórica final del Verano 97 ante las Chivas.
Por su césped pasaron figuras recordadas como Rodrigo “Pony” Ruiz, Antonio Mohamed o Germán Arangio.
Sin embargo, el paso del tiempo y la falta de mantenimiento fueron apagando el brillo del Neza 86. Después de varias etapas con equipos de ascenso y breves regresos a la escena profesional, el inmueble quedó sin inquilino fijo.
Hoy, su capacidad para unas 20 mil personas es apenas un recuerdo, pues las gradas lucen deterioradas, la cancha no está en condiciones óptimas y la estructura raya el abandono.
Pese a todo, el Neza 86 sigue como un símbolo para los habitantes de la región y un recordatorio de que, por un instante, Nezahualcóyotl fue sede de un Mundial y hogar de un club que marcó época en el fútbol mexicano.
Una joya que espera, quizá, una segunda oportunidad para volver a brillar. Parece difícil, porque la mayoría de eventos deportivos que hoy alberga son de categoría amateur o torneos infantiles. Así luce hoy en día:
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