En el Clásico Nacional amistoso disputado en Estados Unidos, Javier Hernández se estrenó como anotador frente al América.
Este hecho marcó un momento especial para el delantero de las Chivas, quien aprovechó una oportunidad temprana en el partido para dejar su huella.
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Su gol no solo encendió a la afición rojiblanca, sino que también demostró que CH14 aún tiene pólvora en los botines, aún cuando fue en un encuentro no oficial.
El partido comenzó con un Chivas dominante. Desde los primeros minutos, los rojiblancos se impusieron en el terreno de juego, superando a un América que no encontraba su ritmo.
Un error garrafal de Alan Cervantes, al intentar retrasar el balón, abrió la puerta para que Chivas tomara la ventaja.
Este descuido defensivo de las Águilas fue la clave que permitió a los tapatíos tomar el control del encuentro.
La jugada del gol fue una muestra de la calidad y el oportunismo del equipo rojiblanco. Ledezma, con gran visión, disparó con potencia desde fuera del área, y aunque Rodolfo Cota logró desviar el balón, no pudo evitar que cayera en los pies de Teun Wilke.
Este último, con gran inteligencia, envió una diagonal retrasada que encontró a Chicharito en el lugar perfecto.
Hernández, con su instinto goleador, cerró la pinza y envió el balón al fondo de la red, desatando la euforia entre los aficionados presentes.
Este gol tiene un significado especial para Chicharito, ya que nunca había logrado anotarle al América en un partido con el primer equipo de Chivas.
Aunque el encuentro fue amistoso, este tanto permitió a Hernández romper con una racha negativa frente a las Águilas, uno de los rivales más importantes del Guadalajara.
Sin embargo, el delantero aún espera tener la oportunidad de marcar en un Clásico Nacional de Liga MX o Liguilla.