Por: Valeria Schapira, experta en relaciones para Match.com

¿Eres de los creen que nadie hace las cosas como tú? ¿Sientes que puedes con todo y que no necesitas de nadie? ¿Te crees en poder de la verdad? Si la respuesta en cualquiera de estos casos es afirmativa, es probable que tu pareja ya te haya pasado factura, diciéndote que lo/a anulas. El tema es qué haces con eso. Si tu reflexión es “yo soy así”, no hay mucho margen para el cambio. Si, por el contrario, estás dispuesto/a a analizar como actúas en beneficio de la relación y de ti mismo, tienes parte del camino allanado para empezar a cambiar. ¿Te identificas con alguno de estos escenarios?

1. Siempre te quejas de la inacción ajena

Puede que lo tuyo sea un exceso de acción más que un defecto de movimiento de los otros. En nuestro afán de hacer, por exceso de exigencia, por querer cubrir todos los frentes, podemos llenar todos los espacios e imposibilitar a quienes nos rodean.

2. Eres perfeccionista

Todo tiene que estar meticulosamente resuelto; no te permites fallar. Crees que hay que pagar un precio para que las cosas salgan bien. Eres capaz de dejar la vida en cada detalle, hasta en los desafíos más sencillos. Es probable que tu pareja se sienta anulada ante tanto despliegue que suele venir de la mano de ansiedad y sufrimiento por tu parte.

3. Te sientes dueño de la verdad

En tu afán de imponer tu visión de las cosas no hay margen para que alguien disienta. Pregúntate: ¿tienes un modo imperativo?; ¿siempre crees tener la razón? Puede que haya llegado la hora de hacer autocrítica y darle espacio a tu compañero en el diálogo y en la interacción.

“Mi pareja dice que la anulo”
“Mi pareja dice que la anulo”

4. Tienes la crítica a flor de labios

Si para todo tienes un “pero”, una ironía o una descalificación, tus relaciones están en problemas. Nadie con una buena autoestima quiere estar al lado de quien lo desmerece, no le da crédito y le hace sentir mal. Si sientes que ganas poder con este accionar, lejos deberías estar de enorgullecerte. Piensa si te gustaría recibir ese trato y haz los ajustes necesarios.

5. Incómodas al entorno

Percibes que hay tensión en tus vínculos y eso incluye a tu pareja. Quienes te rodean pierden espontaneidad y naturalidad: si nunca te relajas, difícilmente puedan hacerlo los otros. Deja que las situaciones fluyan para que todos puedan distenderse.

6. Te sientes inseguro/a

Quien duda de su propia valía, suele poner en jaque a sus afectos. Sea por celos, por temor al abandono o al engaño, quien no se siente suficiente, suele tener relaciones poco satisfactorias.

7. Nadie te termina de convencer

Si encuentras un defecto a todos, si los amigos de tu pareja te hacen ruido, tienes celos de sus compañeros de trabajo, su familia te molesta, algo no está bien. O elegiste muy mal a tu pareja o estás proyectando en ella tus oscuridades. Detente a analizar cuál es el caso. Tú la elegiste hace un tiempo: ¿acaso no viste la realidad en su momento o la estás distorsionando ahora?

8. Minimizas los logros de los demás

Si crees que lo tuyo es siempre más importante, si te consideras el ombligo del mundo, si ironizas en forma constante acerca de lo que consiguen los demás, es probable que tengas un serio problema de manejo de ego. Y que quienes te rodean siempre se sientan descalificados. Evalúa si esto está ocurriendo en el seno de tu relación sentimental.

“Mi pareja dice que la anulo”
“Mi pareja dice que la anulo”
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