Selección Mexicana

El día que Oswaldo Sánchez hizo el oso de su vida ante Corea del Sur por culpa de un aficionado

Este fue el momento bochornoso que pasó el arquero mexicano de cara al Mundial de 2006

Oswaldo Sánchez. FOTO: @sanoswaldotd
25/12/2025 |12:00
Agustín Elías
Reportero de DeportesVer perfil

Antes de que Guillermo Ochoa se consolidara como el portero titular indiscutible de la Selección Mexicana, el guardameta que dominaba bajo los tres palos era por sus atajadas milagrosas.



El histórico arquero de Chivas y Santos Laguna marcó una era en el futbol mexicano con sus reflejos y liderazgo, conquistando tres títulos de liga: uno con Guadalajara y dos con Santos Laguna.

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Su carrera estuvo llena de éxitos, pero también de momentos difíciles, como su participación en el Mundial de Alemania 2006, marcada por la reciente muerte de su padre.

¿Cómo fue el oso que sufrió San Oswaldo ante Corea del Sur?

Sin embargo, uno de los episodios más recordados y burlados en su trayectoria ocurrió meses antes de esa Copa del Mundo, en un partido amistoso de preparación.

El 15 de febrero de 2006, en el Coliseo de Los Ángeles, México, dirigido por el argentino Ricardo La Volpe, enfrentó a Corea del Sur.

El encuentro terminó 0-1 a favor de los asiáticos, pero no por superioridad rival, sino por un error garrafal de Oswaldo Sánchez.

Corría el minuto 15 cuando Corea cobró una falta desde la banda. El balón llegó suave a las manos de Sánchez, quien lo controló sin problemas. Creyó haber escuchado un silbatazo del árbitro que indicaba fuera de juego o interrupción, el portero soltó el esférico para despejarlo con calma.

Pero el silbido no vino del central, sino de un aficionado en las gradas que, en una broma pesada, imitó el sonido para confundirlo.

Uno de los delanteros coreanos, atento a la jugada, corrió hacia el balón abandonado y lo empujó al fondo de la red vacía.

México perdía 1-0, y ese gol sería el definitivo. Sánchez quedó en shock, reclamando airadamente al árbitro, convencido de que la jugada estaba detenida. Ni sus compañeros ni el propio portero entendían lo ocurrido en ese instante.

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El equipo mexicano mejoró en la segunda mitad, pero no pudo remontar ante un rival que desperdició varias claras.

De regreso en México, Oswaldo no se escondió. Ante la prensa, explicó el incidente y lo calificó como un "accidente", insistiendo en que el silbatazo provenía de la tribuna.

Afortunadamente, al ser un amistoso, la derrota no afectó la clasificación al Mundial, donde México avanzó a octavos de final.

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