La devastación provocada por la Segunda Guerra Mundial aún se percibía en Europa, aunque había un país que no sufrió los estragos del conflicto bélico: Suiza.
El gobierno helvético mantuvo una postura neutral durante la Guerra, lo que le permitió mantener su territorio prácticamente intacto, así es que era una opción inmejorable para que la Copa del Mundo volviera a Europa.
De hecho, la FIFA había decidido que Suiza albergara el evento en 1949, cuando se preveía su reanudación después de la Segunda Guerra Mundial, pero no contaba con la infraestructura de estadios necesaria, por lo que el órgano rector del balompié decidió otorgarle la organización a Brasil en 1950 y dársela a Suiza cuatro años después.
Además, en 1954 se cumplía medio siglo de la fundación de la FIFA, cuya sede está en Zurich, Suiza, por lo que quedaba como una buena celebración.
Suiza 1954 es recordada por ser la primera edición del Mundial que se vio en televisión. Fue transmitida en directo a ocho países en Europa. Marca el inicio del torneo con su principal medio de difusión.
Otras de las innovaciones que tuvo fue una eliminatoria en Asia, así como en Sudamérica, por lo que el formato ya fue mucho más parecido al actual.
La quinta edición en la historia de la Copa del Mundo marcó el regreso de Alemania, cuyo representativo fue vetado para Brasil 1950, debido la postura del gobierno germano durante la Segunda Guerra Mundial. Eso sí, participó como Alemania Federal, debido a la entonces nueva división política que existía en el país.
De los 16 combinados participantes, Hungría llegaba como la gran favorita, debido a contar con estrellas de la época como Ferenc Puskas y Sandor Kocsis.
El formato fue peculiar, ya que cada selección sólo disputó dos partidos en la fase grupal, pese a que cada sector estaba integrado por cuatro conjuntos.
En esa etapa inicial, los magiares golearon 9-0 a la debutante Corea del Sur y 8-3 precisamente a Alemania Federal. Nada parecía interponerse en su camino al título.
En cuartos de final, vencieron a Brasil 4-2 y en semifinales al entonces campeón defensor Uruguay por el mismo marcador.
Es por eso que el duelo por el título, contra Alemania Federal del 4 de julio en Berna lucía como simple trámite.
E iba encaminado a eso. Los húngaros ganaban 2-0 tan sólo al minuto 8, pero los germanos se valieron de su fuerza mental para protagonizar una de las sorpresas más grandes en la historia del Mundial.
Max Morlock recortó distancias al 10', para dar paso al legendario Helmut Rahn, quien firmó un doblete que dio a Alemania su primer título mundial en la historia.
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Dirigida por el español Antonio López Herranz, la Selección Mexicana compartió el Grupo A con Brasil, Yugoslavia y Francia, aunque sólo enfrentó al "Scratch du Oro" y "Les Bleus".
El debut frente a Brasil fue terrorífico: derrota por 5-0.
En el segundo duelo dio mucha más pelea y cayó 3-2 ante Francia, con anotaciones de José Luis Lamadrid y Tomás Balcázar.