Cuando se habla de la historia de la Selección Mexicana en los Mundiales, hay un nombre que aparece de inmediato: Rafael Márquez.
El “Káiser de Michoacán” no solo fue capitán en cinco Copas del Mundo, también se convirtió en el jugador mexicano con más partidos disputados en esta competencia internacional.
En total, Márquez jugó 19 partidos mundialistas entre 2002 y 2018. Una cifra que lo coloca en la cima de los futbolistas aztecas y lo pone en una lista selecta de jugadores a nivel global. No cualquiera puede sostenerse tanto tiempo en el más alto nivel del futbol internacional.
Su debut fue en Corea-Japón 2002, donde con apenas 23 años ya portaba el gafete de capitán. Desde entonces, su presencia en la defensa mexicana fue una constante.
En Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018, Márquez siempre fue considerado titular en los partidos más importantes. Ese liderazgo, tanto en la cancha como fuera de ella, lo convirtió en un símbolo del Tri.
De esos 19 encuentros, destacan varios momentos memorables. Como su gol ante Argentina en 2006 que abrió el marcador en octavos de final, su anotación frente a Croacia en 2014 que encaminó la clasificación del equipo, y el hecho de que fue el primer futbolista en ser capitán en cinco Mundiales distintos. Un récord que habla de su jerarquía y de la confianza que los entrenadores depositaban en él.
La carrera de Márquez en Copas del Mundo es un reflejo de su trayectoria en la cancha en clubes, longeva, consistente y siempre en la élite. Más allá de títulos o polémicas, lo que queda escrito en la historia es su legado. 19 partidos mundialistas, la marca más alta para un jugador mexicano. Un registro que, por ahora, parece muy difícil de igualar.
Hoy en día, busca proyectar su liderazgo en la Selección Nacional de Javier Aguirre, como su auxiliar, de cara a la Copa del Mundo de 2026, que verá desde el banquillo táctico.
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