El Mundial de la FIFA, contando ya la edición del próximo año, se ha realizado en 22 ocasiones. Son infinidad de anécdotas las que se han escrito desde que se escuchó por primera vez el silbatazo inicial el 13 de julio de 1930 en Uruguay.
Sin embargo, pasa el tiempo y da la impresión de que una de ellas jamás podrá ser superada. Y no es para menos, el relato señala que un jugador regresó de la muerte para seguir jugando una Semifinal.
Lee también Árbitro confesó ayuda para Argentina en Octavos del Mundial de Sudáfrica 2010 contra México
¿Quién fue Juan Hohberg?
Actualmente existen muchos protocolos que buscan salvaguardar la integridad del futbolista. Es por ese motivo que cuando uno de los protagonistas sufre algún golpe fuerte en la cabeza o lesión seria se extreman medidas para no poner en riesgo su vida.
En los primeros años del balompié profesional la situación era totalmente distinta. Al grado de que se dio una situación que parece sacada del guion de una película de fantasía.
La historia cuenta que un delantero ‘gambeteó’ a la muerte sólo para regresar a seguir jugando un partido de futbol. El protagonista fue un argentino naturalizado uruguayo llamado Juan Hohberg.
Se disputaba la Copa del Mundo de Suiza 1954, la Garra Charrúa llegaba a la justa como el campeón vigente y favorito para quedarse su tercer trofeo de la FIFA. En las Semifinales se toparon con la Hungría de Sándor Kocsis, Ferenc Puskás y el entrenador Bela Guttman.
El ‘equipo de oro’ húngaro estaba dando la sorpresa con un contundente 2-0. Parecía que la selección celeste dejaría su corona sin oponer mucha resistencia hasta que apareció el Verdugo.

En los minutos finales, Juan Hohberg anotó dos goles (75' y 86') que mandaron a la prórroga el encuentro. La euforia era total entre los uruguayos que con un gol más regresarían a una Final.
Sin embargo, en segundos pasaron del júbilo a la incertidumbre. Hohberg yacía inconsciente en el césped, mientras que el kinesiólogo Carlos Abate trataba de reanimarlo. El veredicto: el delantero había sufrido un infarto.
Luego de que su corazón se detuvo por varios segundos, le suministraron coramina (medicamento que estimula las funciones vasomotoras y respiratorias) por la boca y milagrosamente revivió.
Fuera de ser llevado a un hospital o mantenerlo en la banca, el Verdugo demsotró su compromiso con Uruguay y regresó al partido, donde lamentablemente pudo hacer poco para evitar la derrota.
El periodista Alfredo Etchandy, en su libro ‘El mundo y los mundiales’ relató aquella situación que se vivió en el Stade de La Pontaise en Lausana: “Sus compañeros le cayeron arriba en el festejo y por la emoción sufrió un paro cardíaco. Fue reanimado por el kinesiólogo Carlos Abate, quien le suministró coramina por la boca. Cuando empezó el alargue seguía afuera, pero poco después retornó a la cancha y jugó hasta la finalización de la prórroga”.
Cuatro años después Juan Hohberg tuvo la suerte de una vez más esquivar a la muerte, cuando estuvo a prueba en el Sporting de Lisboa y de regreso a Uruguay se desplomó el avión en el que viajaba con su esposa e hijo. Lograron salir ilesos.
