En los años previos a la Copa del Mundo de Brasil 1950, el mundo aún se recuperaba del impacto de la Segunda Guerra Mundial, un conflicto que dejó profundas cicatrices pero también impulsó avances científicos y tecnológicos que redefinieron la historia.
La culminación del conflicto bélico en 1945 trajo consigo el retorno de las competiciones internacionales de futbol, pero también marcó el debut de un arma devastadora: la bomba atómica.
El 6 de agosto de 1945, Hiroshima fue devastada por este artefacto desarrollado por científicos estadounidenses y británicos, cobrando 80 mil vidas. Tres días después, Nagasaki sufrió un ataque similar, con cerca de 70 mil víctimas, sin contar los efectos a largo plazo de la radiación.
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Mientras el mundo lidiaba con las consecuencias de la guerra, la tecnología avanzaba a pasos agigantados. En el ámbito de la informática, la Zuse Z3, creada en 1941 en Alemania, fue una de las primeras computadoras automáticas.
Los ingleses respondieron con Colossus en 1944, diseñada para descifrar comunicaciones alemanas. En Estados Unidos, la Universidad de Pensilvania y la armada desarrollaron ENIAC en 1946, considerada la primera computadora digital de propósito general, capaz de resolver una amplia gama de problemas matemáticos y científicos. Esto marcó el inicio de la era digital moderna.
En el campo de la medicina, el doctor Willem Johan Kolff revolucionó el tratamiento de enfermedades renales. Inspirado por un envoltorio de salchichas y la bomba de agua del Ford Modelo T, Kolff diseñó la primera máquina de diálisis en 1945, salvando a un paciente con insuficiencia renal. Este logro lo consagró como pionero de los órganos artificiales, transformando la medicina moderna.
Otro avance significativo fue el desarrollo del horno de microondas. En 1945, el inventor Percy Spencer, con más de 150 patentes a su nombre, descubrió el poder de las microondas al notar que una barra de chocolate se derritió en su bolsillo mientras trabajaba con un equipo de radar. Este hallazgo dio origen al electrodoméstico que cambiaría la forma de cocinar.
En 1947, el transistor, creado por Walter Houser, John Bardeen y William Shockley, revolucionó la electrónica al reemplazar las voluminosas válvulas termoiónicas, permitiendo dispositivos más eficientes y compactos.
Ese mismo año, el piloto estadounidense Chuck Yeager rompió la barrera del sonido a bordo de la aeronave experimental X-1, apodada “Glamorous Glennis” en honor a su esposa, alcanzando una velocidad de 1,126 km/h a 45,000 pies de altura.
Estos avances, surgidos en un contexto de posguerra, sentaron las bases para el mundo moderno. Mientras el futbol regresaba con el Mundial de Brasil 1950, la humanidad miraba hacia un futuro de innovación y reconstrucción, marcado por el contraste entre el progreso y las heridas del pasado.