Las llegadas de Toluca y América al estadio Nemesio Díez previo a la Gran Final del torneo fueron una auténtica locura.

Ambos autobuses tardaron en poder avanzar entre los miles de aficionados que se dieron cita a las afuera de la Bombonera. Centenas, aún sin boleto, quisieron recibir a sus Diablos Rojos.

Sin embargo, entre la pasión y la mala logística de las autoridades, los arribos de ambos equipos fueron un auténtico caos. Los policías no lograron dispersar a los aficionados que superaban la barricada de seguridad.

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Lo que en un inicio parecía una fiesta, para algunos se convirtió en minutos de terror. Entre empujones de los policías y los mismos aficionados las barras de seguridad estuvieron apunto de caerse; algunas se rompieron.

Gritos y llantos de niños, preocupación por sus familias se mostraron mientras pasaba el camión de los Diablos Rojos. Al final, no pasó a mayores.

Minutos después llegó el América y abriéndose paso entre una impresionante marea escarlata, también tardó más de lo normal para entrar al estadio Nemesio Díez. Minutos en los que recibieron todo tipo de insultos; algunos hasta arrojaron pequeños proyectiles al autobús.

"Rateros, rateros", "Putos, putos", entre otros insultos, así recibieron al América que desde el primer instante notaron que esta vez no serán mayoría en el inmueble de la Bombonera.

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