Saúl 'Canelo' Álvarez se consolidó como Campeón indiscutido de los Supermedianos al derrotar al cubano William Scull, quien llegó como monarca de las 168 libras de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).
Sin embargo, más allá del triunfo del mexicano, la pelea dejó un sabor agridulce entre aficionados y expertos, especialmente por la estrategia evasiva de Scull, que desató la furia de la leyenda del boxeo mexicano, Julio César Chávez.
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Desde el primer asalto, Canelo fue el protagonista, persiguiendo a un Scull que parecía más interesado en sobrevivir que en combatir. El cubano, invicto en 23 peleas hasta ese momento, optó por un estilo defensivo, esquivando y corriendo por el ring, lo que frustró al mexicano y a los comentaristas de TV Azteca.
Rafa Ayala, Eduardo Lamazon y Rodolfo Vargas criticaron duramente la actitud del rival del boxeador tapatío, e incluso 'Lama, Lama, Lamita' sugirió que el réferi debería intervenir ante la falta de acción del cubano.
Pero fue Julio César Chávez quien, fiel a su estilo explosivo e irreverente, expresó sin filtros su molestia durante la transmisión diferida de la empresa del Ajusco.
¿Cómo fue que estalló Julio César Chávez ante el escurridizo William Scull?
En el décmio asalto, cuando la paciencia de los comentaristas se agotaba, Julio César Chávez lanzó una frase que resonó entre los televidentes: "Estamos encabronados, porque pinche cubano no más vino a hacernos pendejos a todos".
Sus palabras, acompañadas de risas, reflejaron el sentir de muchos ante la actitud de Scull, quien, según Chávez, "ya se aventó el pinche maratón" por su constante huida.
A pesar de la falta de combatividad de Scull, Canelo trató de conectar los mejores golpes y dominar la pelea.
Tras doce asaltos, los jueces decretaron la victoria unánime para el mexicano, quien no solo retuvo sus títulos sino que sumó el cinturón FIB a su colección.
Sin embargo, la pasividad del cubano dejó una sensación de decepción entre los aficionados, quienes esperaban un duelo más competitivo.
Para Chávez y los comentaristas de Box Azteca, la actitud del cubano fue una falta de respeto al espectáculo y al público. La victoria de Canelo no logró opacar las críticas hacia un rival que "no dio la talla".