La estabilidad es la clave. Eso lo tiene claro , mediocampista del América, quien vive su mejor torneo desde que llegó a México. Bajo el mando de André Jardine, las Águilas no solo han ganado, también han consolidado un estilo que los tiene a un paso de hacer historia.

“Con André llegó el equilibrio, siempre lo dije, es un genio para interpretar, la confianza que nos dio, la forma que el grupo lo quiera, lo que diga André va a misa”, confesó el español, quien no olvida las frustraciones en torneos anteriores con Santiago Solari y Fernando Ortiz.

Fidalgo reconoció que en el pasado, los errores propios les costaron avanzar. “Con el Tano caíamos en tres semis distintas, siempre por un motivo nuestro, mi expulsión, errores contra Toluca… con Solari veníamos de dos torneos espectaculares, pero en la Liguilla nos faltó”, recordó con autocrítica.

Hoy América está a 180 minutos del tetracampeonato, una hazaña inédita en torneos cortos. Pero el rival, Toluca, no será sencillo. “Es un tema de presión, fundamental… ellos peleando por el título y nosotros por el tetracampeonato, saber manejarla… minimizar errores va a ser fundamental”, advirtió.

El futbolista no se confía del antecedente reciente en fase regular, cuando golearon a los Diablos 3-0 en la jornada 10. “Es un Toluca muy distinto, será una final completamente diferente… evolucionaron mucho, encontramos una cara diferente”, expresó, refiriéndose al cambio que significó la llegada de Antonio Mohamed.

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El “Turco” ha transformado a Toluca en un equipo agresivo, con punch ofensivo y mentalidad ganadora. Jugadores como Paulinho y Alexis Vega han sido clave para llegar a esta instancia. América lo sabe y no se guardará nada en la ida.

Respecto al planteamiento para el primer capítulo de la final, Fidalgo fue claro, no hay nada definido. “Cómo saldrá mañana o no, será una sorpresa de él… me da igual sea con dos o tres centrales, pero centrado en buscar el resultado”, sentenció, confiando plenamente en Jardine.

América buscará su cuarto título consecutivo con la confianza de un grupo unido, pero también con la lección aprendida de que los errores, en esta instancia, no se perdonan. Y Álvaro Fidalgo, más maduro que nunca, lo tiene claro: la clave está en la confianza , no rendirse y creer hasta el final.

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