La Selección Mexicana ha tenido uniformes icónicos, otros no tanto y unos cuantos muy cuestionados; sin embargo, el que se coloca como el más polémico fue el que fabricó José Antonio García, de la mano con Garcis, a finales de los 90, pues este jersey lo metió en serios problemas con las autoridades mexicanas.
Esta playera iba a ser utilizada por el Tri en la Copa Confederaciones, por lo que Toño creó un uniforme más que patriótico. La decisión que tomó fue plasmar el símbolo nacional mexicano en la playera, donde lucía el águila devorando a la serpiente encima del nopal.
El gusto le duró poco a José Antonio García, ya que la implementación del símbolo nacional en la playera incumplía con un artículo de la Constitución, ocasionando la molestia de senadores y diputados de aquel entonces.

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De acuerdo con Toño, él contaba con el permiso de Francisco Labastida Ochoa, entonces secretario de Gobernación, quien le dio luz verde para comercializar la playera.
"Por ahí tengo la carta todavía, donde Gobernación, el licenciado (Francisco) Labastida, me daba la autorización para poder poner en la playera el escudo nacional. Hice toda la producción, la presentamos y salieron a la venta con muy buena respuesta por parte de la gente", confesó para el diario AS.
A pesar de contar con ese permiso, la venta de la playera tuvo que ser cancelada de manera casi inmediata, ya que iba en contra de un artículo de la Constitución Mexicana. Los legisladores argumentaron que la comercialización de esta prenda infringía el artículo 6, el cual señala que el Escudo, la Bandera e Himno Nacional solamente pueden ser utilizados por las autoridades gubernamentales.
"En otros países, como Inglaterra o Estados Unidos, usan el escudo hasta en los calzones y no hay problema, pero aquí los diputados y senadores hicieron un escándalo, y me mandaron otra carta de Gobernación donde me dijeron que tenía 15 días para sacar del mercado la playera", comentó.
Fue por esta razón que se detuvo la producción de las playeras. De acuerdo con el propio empresario, él ya había vendido alrededor de 30 mil ejemplares antes de retirarlas del mercado, pero eso no impidió que se las llevara a Estados Unidos para terminar de vender los jerseys restantes. En total, aseguró haber vendido más de 50 mil.