La Copa del Mundo de 1966 se llevó a cabo en Inglaterra, el país que se enorgullece de reglamentar el futbol y que presume su orden y organización, los buenos modales y una etiqueta elegante con soberbia inigualable en el mundo entero; sin embargo, en la previa del torneo, un ladrón logró robar el trofeo Jules Rimet, mismo que fue recuperado por un perro que terminó por ser el gran héroe de la justa mundialista.
En marzo de 1966, cuatro meses antes de la inauguración, la copa más preciada se puso en exhibición en el Westminster's Central Hall, en el centro de Londres y lo que pretendía ser una pieza de alta custodia, resguardada por dos guardias de seguridad, fue hurtada ante los ojos del mundo.
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El robo se llevó a cabo el 20 de marzo y tres días después, Joe Mears, entonces presidente de la Asociación de Futbol, recibió una llamada de un hombre que se hizo llamar 'Jackson', aunque su nombre real era Edward Betchley, exigiendo 15 mil libras a cambio del Jules Rimet.
A pesar de recibir la instrucción de no avisarle a la policía, Mears acordó con el detective incógnito Len Buggy para ir a Battersea Park a encontrarse con Betchley, quien entregaría la Copa del Mundo; el ladrón sospechó que iba a ser engañado y aunque intentó escapar, fue arrestado. Una vez capturado, confesó que si bien él hizo la llamada, cumplió el rol de intermediario entre la autoridad y un hombre conocido como "The Pole", quien pagó 500 libras a Betchley para enfrentar a la policía.
La copa seguía sin aparecer y los organizadores del torneo le pidieron al platero George Bird que hiciera una réplica de la misma. Sin embargo, la historia daría un giro inesperado con un héroe insólito, un collie mestizo llamado Pickles.
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El londinense David Corbett era el dueño de Pickles, que olfateó la Copa del Mundo hasta dar con su paradero en las calles de Norwood. Casi una semana después del robo, el perro encontró el trofeo envuelto en un papel de periódico.
"Le puse la correa a Pickles y se dirigió al auto del vecino. Me llevó hasta un paquete, bien envuelto en papel de periódico, que estaba junto a la rueda delantera del coche", declaró Corbett.
Pickles se convirtió en un héroe nacional y fue invitado a la cena que la selección inglesa organizó para festejar su primera -y única- conquista de la Copa del Mundo. Incluso, la BBC reveló que tuvo permiso de comer del plato de su dueño.
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RECONOCIMIENTO A PICKLES, EL HÉROE DE INGLATERRA 1966
Después de recuperar el trofeo más importante del mundo, el héroe de cuatro patas recibió la medalla de la Liga Nacional de Defensa Canina y se convirtió en una celebridad internacional.
Por si fuera poco, fue protagonista de la película "The Spy with a Cold Nose" ("El espía con la nariz fría"), en la cual un perro con un objeto espía debajo de la piel es entregado como un regalo al gobierno de Rusia como un regalo.
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