Hay heridas que no sanan todavía en el futbol mexicano. Una de ellas data de 2014, cuando el combinado nacional puso a soñar a todo un país con la clasificación al tan ansiado quinto partido.
En Octavos de Final de la justa en Brasil, el equipo comandado por Miguel Herrera se toó con Países Bajos. Contra todo pronóstico, el Tri lo ganaba, pero en los minutos finales llegó la catástrofe.
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¿Por qué no era penal?
México había logrado cerrar una fase de grupos soñada en Brasil 2014. Victoria ante Camerún, espectacular empate frente a los anfitriones y una contundente victoria ante Croacia le aseguró el segundo lugar A sólo por diferencia de goles.
El rival en la siguiente ronda fue Países Bajos, dirigida por Louis van Gaal con figuras como Robin van Persie, Arjen Robben, Wesley Sneijder y Memphis Depay, que eliminó a la España que pretendía refrendar su título de cuatro años atrás.
El cuadro europeo era amplio favorito, pero la Selección Mexicana, fiel a su historia, le hizo partido a una de las potencias mundiales en el futbol. La ilusión creció al minuto 48, cuando Giovani dos Santos sacó un zapatazo que dejó sin posibilidades a Jasper Cillessen.
Con el correr de los minutos, el nerviosismo entre los aficionados mexicanos se podía percibir. Una tragedia como en el pasado era latente. El quinto partido estaba a minutos de concretarse y de qué manera iba a llegar.

Sin embargo, los fantasmas se adueñaron del equipo nacional y al 88 Sneijder se encontró un balón en el área tras un rebote y logró el empate para la Naranja Mecánica.
Parecía que el alargue era inminente. No obstante, Robben tenía otros planes justo en tiempo de compensación. En una jugada donde que se quedó prácticamente acorralado, realizó su típico regate y Rafael Márquez mordió el anzuelo.
El pie del Káiser tocó al neozelandés y éste se tiró al césped. En una época donde no existía el VAR aún, de inmediato de marcó la pena máxima. Los mexicanos le señalaban al silbante que no era falta, que no era penal.
Hizo caso omiso y le entregó el esférico a Klaas-Jan Huntelaar. Era la última jugada del partido. Marco Fabián rezaba en la banca tricolor, apelando a un milagro divino, que no llegó.
El delantero mandó al fondo de la red el balón. Guillermo Ochoa fue engañado por completo, como todos esos aficionados mexicanos que creyeron que su selección avanzaría a Cuartos de Final.
Aquel día se hizo viral el famoso #NoEraPenal, que casi 12 años después sigue doliendo, ya que una vez más se aplicó aquella frase que acompaña a México en los Mundiales: ‘Jugamos como nunca y perdimos como siempre’.