La Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 fue un evento inolvidable por muchas razones, pero una de las historias más insólitas tuvo como protagonista a la selección de Francia, que lejos de ser un equipo unido y competitivo, como se pensaba, fue una bomba que estalló dentro del vestuario.
Todo ocurrió en el partido con la Selección Mexicana en la Fase de Grupos, donde además de perder en la cancha (2-0), con aquel gol recordado de Chicharito, también se quebraron desde el interior del equipo.
Aquella Francia llegaba al Mundial con muchas polémicas. Había clasificado gracias a una mano de Thierry Henry en el repechaje contra Irlanda, y el ambiente interno era tenso desde antes del inicio del torneo.
El técnico Raymond Domenech era muy criticado por sus decisiones tácticas y su manera de manejar al grupo, y varios jugadores importantes simplemente no lo soportaban. Entre ellos, Nicolas Anelka.
Todo estalló en el choque ante el Tri. Durante el descanso, con el marcador empatado 0-0, Domenech y Anelka tuvieron una fuerte discusión en el vestidor. Se dice que el jugador le gritó “vete a la chingada, hijo de puta” (en francés, claro), al entrenador, negándose a seguir en la cancha. Anelka fue sustituido de inmediato… y lo peor estaba por venir.
Al día siguiente, el diario 'L'Équipe' filtró lo ocurrido en el vestidor del juego contra la escuadra mexicana. Por lo que la Federación Francesa decidió expulsar a Anelka del equipo. Sin embargo, no contaban con que debido a la sanción, los jugadores, encabezados por el capitán Patrice Évra, se solidarizaron con su compañero y se negaron a entrenar.
Después del torneo, donde quedaron eliminados en fase de grupos con apenas un punto, el escándalo no paró. La selección hizo una limpia del plantel, y varios jugadores fueron sancionados o vetados temporalmente. Además, Domenech no volvió a dirigir en la élite.
