El Estadio Banorte, sede de la inauguración de la Copa del Mundo 2026, enfrenta una demanda penal presentada por propietarios de palcos, quienes consideran que se violan sus derechos con restricciones de acceso y cobros exorbitantes para el torneo.
La denuncia, interpuesta ante la Fiscalía General de Justicia del Distrito Federal, señala un presunto abuso por parte del estadio al imponer condiciones que contravienen los contratos vigentes de los palcohabientes.
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El abogado Javier Coello Trejo, representante de los denunciantes, explicó a ESPN: “Se presenta una denuncia en la Fiscalía General de Justicia del Distrito Federal, una denuncia de hechos. Oiga, señora fiscal, como no hace caso el Estadio Azteca (Banorte), está violando unos derechos de mis clientes y está abusivamente utilizando lo que no es de él, investiga la fiscalía”.
¿Cuál es la molestia de los dueños de palcos del Azteca?
Los propietarios argumentan que el estadio no puede limitar el acceso a sus palcos, garantizado por contratos de 99 años que incluyen entrada sin restricciones y, en algunos casos, derecho a estacionamiento y a introducir alimentos.
El conflicto surge tras un comunicado del Estadio Banorte, donde anunció un acuerdo con la FIFA para permitir el acceso de palcohabientes al Mundial, pero con condiciones.
Entre estas, se exige un prerregistro para conservar el derecho de entrada, además de prohibir introducir alimentos y ofrecer paquetes de comida por hasta 10 mil 500 dólares por partido.
“El Estadio Banorte sabe perfectamente bien que no debía haber hecho eso. Ha habido otros mundiales en México. No había pasado esto. Diez mil quinientos dólares va a costar el paquete de alimentos, bueno pues qué nos vienen a fregar a México”, criticó Coello Trejo.
Los contratos de los propietarios, vigentes desde la inauguración del estadio en 1966, estipulan acceso sin limitaciones y ciertos beneficios adicionales. Sin embargo, las nuevas medidas impuestas por el estadio y la FIFA han generado indignación.
“Lo único que buscamos es simple y sencillamente que nos permitan entrar a lo que es nuestro, que nos den los cajones de estacionamiento, es todo. Y además, que nos expliquen por qué motivo abusaron de nuestra confianza, firmando un convenio, ¿Con qué autorización?”, añadió el abogado.