La generación de la Selección Mexicana que asistió a la Copa del Mundo de Brasil 2014 fue una de las más recordadas de este siglo. Quien sabe que hubiera sucedido si aquella tarde famosa del 'No era penal' las cosas hubieran favorecido a México.
La ilusión del pueblo Tricolor aumentó por un partido en particular, el segundo de la Fase de Grupos, contra el país anfitrión, que era Basil. Aquel día, Guillermo Ochoa se convirtió en un ídolo nacional.
Ni Neymar, ni Oscar, ni Marcelo, ni Thiago Silva, ni Dani Alves. Ningún seleccionado brasileño pudo vencer al arquero mexicano, quien tuvo una actuación de 10, con atajadas espectaculares, en un duelo que terminó 0-0.
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El show de 'Paco Memo' comenzó al minuto 25, con una brutal atajada al exjugador del Barcelona, Neymar. Tras un centro dede la derecha y un remate de cabeza, el guardameta nacional voló hacia su derecha y sacó un balón que parecía imposible.
Poco antes de terminar el primer tiempo, Ochoa le puso el pecho a las balas tras un centro donde la defensa mexicana dejó habilitado a todo el ataque de Brasil, que ni así pudieron anotar.
Al 68', la pesadilla de Neymar continuaba, tras una buena volea de zurda dentro del área, se volvió a encontrar a la muralla mexicana aquel día. La segunda pelota de gol que le sacaba Memo. Todo esto, con el aderezo que brindaba Christian Martinoli con sus épicas narraciones.
Para cerrar aquella noche en Brasil con broche de oro, ochoa salvó (nuevamente) al conjunto que dirigía el Piojo Herrera. Luego de un cabezazo a bocajarro de Thiago Silva, Ochoa sacó los reflejos de la nada para conseguir un punto sumamente valioso para la escuadra Tricolor.
Así fue como cuando terminó el partido, todos los seleccionados de México corrieron a abrazar y agradecer a su portero, quien esa noche se consagró en lo más alto del futbol, y los salvó de lo que hubiera sido una goleada de Brasil.
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