Los 22 años que Marco Materazzi dedicó al futbol, ganando todo en el futbol italiano además de una Champions League fueron reducidos a polvo en la memoria colectiva. La Copa del Mundo que ganó en 2006 quedó incrustada en retentiva de todo el mundo y no por la razón que el excentral quisiera.
Al minuto 110, ya en tiempo extra, Materazzi protagonizó uno de los momentos más recordados en la historia de los Mundiales. Zinedine Zidane, en su último partido como profesional, le propinó un cabezazo en el pecho al defensa que tras el impacto cayó al césped con su descomunal metro y 93 (centímetros) de estatura.
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Ni los cinco Scudettos que ganó con el Inter de Milán, ni el triplete que ganó en 2010 con la escuadra Nerazzurri lograron borrar de la memoria el cabezazo que le propinó Zizou. Sobre su relación con la leyenda del futbol francés, Materazzi aseguró:
“No he hablado con Zinedine Zidane desde ese día, nunca había hablado con él antes y no he hablado con él después. No tenemos una relación”, aseguró el veterano a principios del 2025. “Es una leyenda del juego, y tengo mucho respeto por él como jugador y entrenador”, añadió.
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Materazzi se retiró del futbol en 2011 para salir del mismo tres años más tarde para emprender una aventura en el futbol de la India con el Chennaiyin FC en donde fungió como jugador y entrenador, práctica atípica en el futbol de élite. Amante aún del futbol, el enemigo público de Francia en el verano del 2006 continúa dando clínicas para jóvenes talentos y fungiendo como embajador del balompié en todo el orbe a sus casi 52 años.