, nacido el 10 de febrero de 1903 en Kozlov, Moravia, emergió de un humilde entorno para convertirse en una de las grandes leyendas del futbol mundial. Desde niño, las calles de su vecindario fueron su primer campo de juego, donde perfeccionó un estilo elegante y preciso.

Su delgada figura y habilidad para evadir defensas le valieron el apodo de 'El Hombre de Papel', un nombre que resonaría en los estadios de Europa.

Sindelar encontró su hogar deportivo en el FK Austria Viena, un club ligado a la clase media judía que no solo era un equipo, sino un símbolo cultural.

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Allí, su talento floreció en la década de 1920, llevando al club a conquistar títulos nacionales y a destacar en el escenario internacional.

En 1926, debutó con la selección de Austria frente a Checoslovaquia, marcando un gol decisivo en la victoria 2-1. Bajo la dirección de Hugo Meisl y la influencia del entrenador inglés Jimmy Hogan, Sindelar fue el pilar del Wunderteam, el equipo maravilla que dominó Europa entre 1931 y 1934.

Con victorias memorables, como un contundente 5-0 ante Escocia, Austria se consolidó como una potencia. En el Mundial de 1934 en Italia, el equipo alcanzó las Semifinales, pero cayó ante el anfitrión en un partido polémico.

Sindelar, blanco de faltas duras, brilló a pesar de la derrota, consolidando su estatus como uno de los mejores del mundo. Sin embargo, la anexión de Austria por la Alemania nazi en 1938 marcó un antes y un depués. El FK Austria Viena fue desmantelado, y muchos de sus jugadores y directivos, vinculados a la comunidad judía, fueron perseguidos.

¿Cómo fue el desafío de Matthias Sindelar hacia el régimen nazi?

Sindelar, firme en sus convicciones, rechazó jugar para la selección alemana, convirtiéndose en un símbolo de resistencia.

El 3 de abril de 1938, en un amistoso contra Alemania, Sindelar protagonizó un acto de desafío. Organizado como propaganda nazi, el partido vio a Austria contenerse en el primer tiempo. En el segundo, Sindelar anotó y celebró con un baile provocador frente a los líderes nazis, mientras Karl Sesta selló la victoria.

Una vez retirado compró un café en Viena a un dueño judío despojado de su propiedad, pero el negocio quedó bajo la vigilancia de la Gestapo. Su negativa a alinearse con el régimen y sus amistades con la comunidad judía lo marcaron como una persona no grata para los nazis.

El 23 de enero de 1939, Sindelar y su pareja, Camilla Castagnola, fueron hallados muertos en su departamento. La causa oficial, intoxicación por monóxido de carbono, generó especulaciones. ¿Asesinato de la Gestapo? o ¿suicidio por la opresión política?.

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