Óscar "El Conejo" Pérez es uno de los porteros más emblemáticos en la historia del futbol mexicano. Su agilidad, reflejos y carisma, lo convirtieron en un ídolo.
Su primera experiencia mundialista llegó en Francia 1998, donde fue convocado como tercer portero. Aunque no tuvo minutos en el campo, la experiencia le permitió estar como uno de los hombre de confianza en el Tricolor.
En Corea-Japón 2002, "El Conejo" vivió su primer Mundial como titular. Bajo el mando de Javier Aguirre, se ganó la confianza del cuerpo técnico y defendió el arco con seguridad, siendo protagonista en partidos clave, incluyendo el recordado duelo ante Italia, donde sus atajadas mantuvieron con vida a México en la fase de grupos.
Ocho años después, cuando muchos pensaban que su ciclo con la selección había terminado, Pérez sorprendió al mundo al ser convocado nuevamente por Javier Aguirre para el Mundial de Sudáfrica 2010.
Con 37 años, no solo fue parte del plantel, sino que se convirtió en el portero titular, desplazando a figuras como Guillermo Ochoa y Luis Miche, quienes se mantuvieron en la banca durante los cuatro juegos del torneo de México.
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Con un total de 8 partidos mundialistas y más de 720 minutos jugados, Óscar Pérez se consolidó como uno de los porteros mexicanos con mayor trayectoria en Copas del Mundo.