Cada cuatro años, el mundo del deporte se detiene y el balón rueda en la Copa del Mundo. Pero hubo una vez, sólo una en toda la historia, en que esta tradición se rompió.
Los torneos que estaban pensados para 1942 y 1946 quedaron sólo en promesa por una sola razón: la Segunda Guerra Mundial. Un conflicto histórico que cambió la manera de vivir en todo el planeta.

La historia de los Mundiales durante la segunda Guerra Mundial
Luego de la edición de Francia 1938, el Mundial de 1942 ya tenía preseleccionadas candidaturas para organizarlo, Alemania y Brasil. Sin embargo, el 1 de septiembre de 1939 estalló el conflicto bélico con la invasión a Polonia. Por lo que de inmediato, la FIFA tuvo que suspender el torneo incluso antes de definir la sede.
La guerra terminó en 1945, pero el mundo seguía desolado. La FIFA, al borde de la bancarrota (debido evidentemente a la falta de torneos), decidió que no había condiciones para retomar el certamen, y de nuevo de postergó.

Fue Brasil quien finalmente logró albergar la primera edición tras la guerra, doce años después de la última, el Mundial de 1950. La esperanza del torneo volvió a latir, aunque marcado por muchas ausencias de países como Alemania, Japón, Hungría, Checoslovaquia y Argentina.
Aquel regreso a la Copas del Mundo estuvo marcado por la épica final que a día de hoy todavía se recuerda por miles de aficionados. 'El Maracanazo'.

Un partido que contra todo pronóstico, Uruguay le terminó por ganar a los anfitriones. Y eso que Brasil se adelantó 1-0 en la Final, pero los jugadores charrúa dieron la vuelta, y dejaron un hito histórico que marcó el futbol para siempre.