En el mundo del futbol, donde las estrellas como suelen acaparar los reflectores, un joven mexicano de 20 años se ha robado la atención.

Obed Vargas, nacido el 5 de agosto de 2005 en Anchorage, Alaska, se ha convertido en una de las promesas más brillantes de la Major League Soccer (MLS) y en un nombre que resuena con fuerza en el futbol mexicano.

Su reciente actuación en la final de la Leagues Cup 2025, donde el Seattle Sounders venció 3-0 al Inter Miami de Messi, Suárez y Sergio Busquets, no solo le dio un título, sino que lo colocó en la mira de aficionados y del propio seleccionador nacional, Javier Aguirre.

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De ascendencia mexicana, Vargas creció en un entorno donde el futbol no era el deporte rey, pero su talento lo llevó a destacar desde temprana edad. A los 14 años, dejó Alaska para unirse a las divisiones menores del Seattle Sounders, un club conocido por su efectiva academia.

En 2021, con apenas 15 años y 351 días, debutó con el primer equipo, convirtiéndose en el tercer jugador más joven en jugar en la MLS.

Su madurez en el campo, combinada con una técnica depurada y un físico imponente, lo ha consolidado como una pieza clave en el mediocampo de los Sounders.

¿Cómo decidió jugar para la Selección Mexicana?

Aunque inicialmente representó a Estados Unidos en categorías Sub-15, Sub-20 y Sub-23, Vargas tomó una decisión crucial para su carrera: jugar por México. Andrés Lillini, director de Selecciones Nacionales Menores de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), fue clave en este cambio.

Tras conversaciones con el jugador y su familia, Vargas completó el “One Time Switch” de FIFA para representar al Tri. En 2024, Javier Aguirre lo convocó por primera vez a la Selección Mayor para un amistoso contra Estados Unidos, donde debutó con apenas ocho minutos en el campo.

Desde entonces, no ha vuelto a ser considerado por el “Vasco”, aunque su nombre sigue en el radar.

En la Leagues Cup 2025, en la final, Vargas no solo neutralizó a figuras como Messi, Suárez y Busquets, sino que también protagonizó un momento de tensión. Al final del partido, un conato de bronca involucró a Suárez, quien intentó abrazarlo insistentemente, y a Busquets, quien le propinó un puñetazo en el mentón.

Vargas, mostrando una madurez admirable, no respondió a las provocaciones y se limitó a celebrar con la bandera mexicana en la cintura.

“Messi es un gran jugador, lo admiro y respeto, pero dentro del campo es mi rival y tenía que hacer todo lo posible para ganarle. Esto va para todo México, se la debíamos”, declaró a TUDN tras el triunfo.

Ahora, Vargas se prepara para brillar con la Selección Mexicana Sub-20 en el Mundial de Chile, bajo la dirección de Eduardo Arce, quien lo defendió tras el incidente: “Es un chico tranquilo, no es provocador”. Sin embargo, su gran anhelo es regresar al Tri mayor. “Ojalá me tomen en cuenta, es todo lo que puedo decir”, expresó, enviando un mensaje claro a Aguirre.

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