En el Mundial de Estados Unidos 1994, la Selección Mexicana vivió uno de los episodios más curiosos y amargos de su historia. Enfrentándose a Bulgaria en los Octavos de Final, en el Giants Stadium de East Rutherford, Nueva Jersey, un hecho insólito marcó el encuentro: la portería se rompió.
México, que regresaba a un Mundial tras la sanción que lo excluyó de Italia 90, llegaba con altas expectativas, impulsado por la gran cantidad de aficionados mexicanos en Estados Unidos.
Sin embargo, la ilusión del quinto partido se desvaneció bajo los palos de un arco nuevo y una tanda de penaltis fatídica.
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El partido contra Bulgaria, en teoría un rival accesible, fue una montaña rusa de emociones. Hristo Stoichkov adelantó a los europeos, pero Alberto García Aspe empató desde el punto penal tras una falta sobre Zague dentro del área.
El 1-1 se mantuvo hasta el final de los 120 minutos, llevando el duelo a la tanda de penaltis. Pero antes, en la primera mitad, ocurrió lo impensado.
¿Cómo fue que se rompió una portería en el partido de México en Estados Unidos 1994?
Marcelino Bernal, al despejar una pelota cerca de la línea, cayó dentro del arco, enredándose en la red y rompiendo el tubo derecho que sostenía parte de la red. En la caída del mediocampista el objeto de metal incluso pasó cerca de la cabeza del jugador mexicano.
El árbitro sirio Jamal Al Sharif detuvo el juego, aunque los jugadores mexicanos, entre ellos Zague, intentaron improvisar atando la red a una cámara. La solución fue asombrosa por su rapidez: en solo dos minutos y medio, trabajadores del estadio ingresaron al campo ¡con una portería de repuesto, y en siete minutos el arco estaba cambiado!.
Nunca antes ni después se había visto algo similar en un Mundial, y la organización estadounidense recibió elogios por su eficiencia en ese sentido. Sin embargo, para México, este cambio pareció un mal presagio.
El arco nuevo no trajo suerte
En la tanda de penaltis, la maldición de los Octavos de Final comenzó a forjarse. Jorge Campos, ataviado con su clásico uniforme multicolor, detuvo un disparo, pero no fue suficiente.
García Aspe, Bernal y Rodríguez fallaron sus tiros, y solo Claudio Suárez anotó. Bulgaria se impuso 3-1, apagando el sueño mexicano.
La derrota generó polémica: México jugó gran parte del juegi con un hombre menos tras una expulsión a Luis García, y el técnico Miguel Mejía Barón no realizó cambios, dejando en el banco a Hugo Sánchez, el máximo ídolo azteca, quien no entró ni para los penaltis.
Ese arco roto marcó un antes y un después. Desde 1994, México ha sido eliminado en octavos de final en siete Mundiales consecutivos y en la última de Qatar no paso de la Fase de Grupos, una racha que aún persigue a los aficionados.